Balo Club Mediterrani, es el Club decano de la aerostación en España, con actividad continuada desde que se urdió su fundación, una tarde de primavera a orillas del Mediterráneo, lo que da nombre al Club, hace ya más de 40 años de tan memorable ocasión, y siguen presentes los conceptos de los fundadores, la universalidad, BALO, que significa lo mismo en la lengua materna del Club, el Catalán, en Ingles, y en Francés, cuna de la aerostación, aunque dicha paternidad difiere según las fuentes consultadas.
Constituido como una asociación deportiva sin ánimo de lucro debidamente inscrita el Secretearía General de Deportes de la Generalitat de Catalunya, así como en el Consejo Superior de Deportes y que tiene como objetivo básico el fomento, desarrollo y promover la formación de nuevos pilotos mediante las escuelas y centros autorizados, organizar e incentivar la práctica continuada de la aerostación como deporte.
Un apunte de historia
La versión más universal es que los hermanos Montgolfier, (Joseph Michel y Jacques Étienne) fabricantes de papel en Annonay , llevaron a cabo su primera demostración pública el 3 de junio de 1783 de lo que sería después un globo aerostático haciendo ascender una bolsa de lino forrada con papel de un diámetro de unos 11 metros, alcanzando tal artilugio una altitud de unos 250 metros, según fuentes.
Otros ensayos se realizaron con animales, una oveja, un pato y un gallo, realizaron un vuelo de alrededor de dos kilómetros, alcanzando una altitud entre 1600 y 2000 metros, este vuelo duro alrededor de 10 minutos.
El primer vuelo tripulado del cual hay referencias, fue un 21 de noviembre de 1783, a unos 100 metros sobre la ciudad de Paris durante alrededor de 25 minutos y los aeronautas fueron en esta ocasión, Pilatre de Rozier y François Laurent, marques d’Arlandes, quienes recorrieron una distancia de según las crónicas de nueve kilómetros. Las altitudes, distancias y duración de los vuelos son puramente anecdóticas, pues varían de poco o de mucho según las fuentes consultadas, o la apreciación de los cronistas de la época.
El primer vuelo español en globo tuvo lugar el 28 de noviembre de 1783 en la casa de campo del infante don Gabriel en Aranjuez, protagonizado por Agustín de Betancourt.
Mucho antes. en agosto de 1709, el sacerdote jesuita Bartolomeu de Gusmão hizo la primera demostración de ascensión aérea en globo de aire caliente no tripulado en la Casa de Indias de Lisboa, ante la corte del rey Juan V de Portugal, despertando una gran expectación.
También en 1784, veremos en Aranjuez, la primera ascensión de una persona, pero por desgracia acabó en tragedia al caer el globo al suelo durante el ascenso. No será hasta 1792, esta vez en los jardines del Retiro cuando el italiano Vicente Lunardi, realice el primer trayecto en globo sin percances desde la capital española hasta una localidad cerca de Alcalá de Henares.
Ya en 1904 el asturiano Jesús Fernández Duró, realizo en Madrid un vuelo con un globo de gas, despegando al lado de la fábrica de gas, por la cercanía fácil del suministro. El vuelo fue un éxito aterrizando cerca de Guadalajara.
Meses más tarde trasladó la experiencia a Córdoba, lo cual supuso un hito en la época.
Hay que tener en cuenta que la aeronáutica como tal no empezó con aviones, sino con globos, en 1884 se crea el servicio militar de aerostación.
Los primeros pasos deportivos se dan en España a primeros de siglo, con el pionero Asturiano Jesús Fernández Duro, y el teniente coronel Vives que creó en 1905 el Real Aeroclub de España.
Los hermanos Josep M. y Carles Lladó, Jaume Llansana y Joan Comellas, pusieron la primera piedra de la aerostación moderna en España, atravesando áfrica de este a oeste con un globo de construcción propia, una aventura que duró 11 meses.
En Febrero de 1992, Jesús González Green y Tomas Feliu, realizaron la mayor hazaña de la aerostación española: el cruce del Atlántico por primera vez; al cubrir la travesía desde la isla de Hierro hasta Venezuela, en un vuelo de 130horas y 25 minutos recorriendo 5.093km con un globo mixto de helio y aire caliente. Jesús González Green, Eugenio Martín Rubio, los hermanos Feliú, Carlos Gancero, hermanos Lladó, Joaquín Guixa, y tantos otros hombres y mujeres no menos importantes, han dejado sus nombres escritos en las nubes de España y del mundo.